miércoles

Hijoputismo soberano

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El hijoputismo soberano es la reina de esta fiesta, la patrona indiscutible de la tierra, el pronombre sufijado de todos los nombres de mujeres y hombres humanos; y esto es, precisamente porque el egoísmo cubre un importante porcentaje del instinto, y el absurdo, que es la definición del primer mundo, los restos decadentes de lo que reine en la mente…
No se engañen, ni quieran engañar a nadie, no van a arriesgar su vida por el desempeño de un “algo” importante, no van a involucrarse, no van a alzar la voz, no van a deleitarse, son mierdas cobardes, sin acritud, con resonante, en esta vida de colores, nadie hace nada por nadie.
Recomiendo suicidarse, somos demasiada gente para el espacio habitable, recomiendo negarse a la banca, suministrarse, dejar de producir propiedades, abrir las puertas al inmigrante, aprender a relacionarse, asfixiar las malas lenguas y reivindicar, que la justicia sea proeza independiente.
Quiero decir, que quien merece la muerte, sea propicio su camino, truncado en sofismos por la mano ajena; que se libere a los animales de su temible condena, que la apariencia sea más sincera, que el juicio sea un proceso tras la conciencia y que los “pres” y los “contras” no sufijen nuestra historia. Más reales al tacto, menos cabrones como son unos cuantos, más de frente y que el valor consciente y consistente tenga más valor que la suerte.
Den beneplácito a quien merezca la muerte.
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Un año menos en Canarias
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