domingo

Más cerca


Maquinando en el susurro de tus pasos, juego con mi lamento a lamerte en mis sueños, sueño, pero sueño despierto.
Comprendo que tus dedos fijan paralelas perfectas, hago circunferencias, pero no sirve de nada porque por mucho que extienda mis brazos, nunca alcanzo a tocarte, fuerza de gravedad intensa que me mantiene siempre cerca, pero evitando colisiones… Ya me toca los cojones no atreverme a tocarte, y por alusiones, empiezo a descolgarme de mis pantalones, y empiezo a desearte suave, más cerca; tocando tus piernas con mis piernas, más cerca; escribiendo sencillas metas, aboliendo las reglas, escuchando la miseria de la noche, más cerca; las yemas de los dedos se funden, las piedras sucumben al latido, el aire se vicia de olvido, tu nombre se borra, más cerca; se desnudan mis ideas más insólitas, más cerca; escribo con mi pluma en tu espalda la historia de mis ansias y tus ansias, más cerca; de la libido ya me duele la cabeza, pero aún quiero más cerca. Suicidamos los prejuicios de esta noche, resbalamos al caer en este lugar, pero ya da igual, y solo quiero hacerte sueño inmortal, desearte con la piel, nada más, fundir mi figura en tu figura, ser tan solo una sombra, una sola criatura, apagar las luces, encender la luna y hacerte el amor a oscuras…
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Y que las condiciones las ponga el destino...

jueves

Canto a mí mismo











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3

He oído a unos juglares que hablan del comienzo y del fin.
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Pero yo no hablo del comienzo y del fin

Nunca ha habido otro comienzo que éste de ahora,

ni más juventud que ésta;
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y nunca habrá más perfección que la que tenemos
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ni más cielo
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ni más infierno que éste de ahora.




15

Lo corriente y lo tosco,

lo cercano y lo fácil soy yo mismo.

Voy hacia mi suerte,

me ofrezco entero sabiendo que gano siempre en la partida

y me adorno para entregarme al primero que me llame.

No le digo al cielo que descienda hasta mí

soy yo el que me doy, libre y sin cesar.
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Walt Whitman
(Canto a mí mismo)