Colosal y ruidoso entra en el escenario un extraño, mira hacia ambos lados, da un golpe de tacón y se pone a bailar nervioso, entre la absoluta expectación.
Se oyen voces y murmullos sobre la actuación;
-Lo hace bien-
-No, lo hace mal-
-Yo creo, que le falta pasión-
No se dan cuenta señores, por lo visto está claro que no, que este muchacho baila para un único espectador, que chismorreen si quieren, que hablen mal, bien, o qué se yo; pero que no tomen partido en esta historia de dos.
...Y yo balo aún en tu nombre...