lunes

Inspira - Suspira - Respira - Expira








Tomando aire, he decidido, que el mundo es plano y yo estoy vacío, que quiero llenarme, dejar los suspiros, que quiero moverme en contra del frío.


Tomando aire, levanto y decido que en este mundo no hay desperdicios, que el tiempo perdido, no es culpa de nadie, que quien se va, a veces no vuelve, y que no se puede conseguir todo lo que se pretende.

El mundo es maravilloso, eso lo aseguro, que el sol va a salir, por mi vida te lo juro, que dejará de llover, espero que no, que el mundo, necesitamos no sufrir ese infortunio...


domingo

De la noche a la mañana

Desperté de mi sueño; el sol me acorralaba en al esquina de mi habitación, abrí la puerta del armario para protegerme del sol, pero este fulminó la puerta con un rayo o dos, corrí hacia el pasillo y este me siguió, llegué hasta la cocina, y en el congelador, tenía tanta escarcha que el mismo sol se espantó…
Como una puta en el campo de un domingo cualquiera, busco a este sol escondido para suplicarle que duerma conmigo, reviento en llanto sobre el suelo, y las lágrimas de espanto, cuando suavizan la paja amarillenta, se hunden con la tierra escondiéndose de mí…
-¿Cómo eres así?- me gritan
-Déjanos marchar…!!- suplican
Pero ya no las puedo oír, porque me ciega la luna que me hace sonreír. Me entrego severamente, sueño que subo hasta allí y me pongo a la sombra para poder dormir; sueño que ella me abraza, y su corteza de plata me cubre como una manta; sueño que me mira mientras duermo, sueño que estoy en un sueño, y sueño que floto porque ella flota. Sueño que cuando está rota, confía en mí para recomponerse, sueño que se viste de verde cuando llega la primavera, y cuando se va, se desnuda para que la acaricie entera. Pero sueño, y sueño que despierto cuando ya no tengo sueño, sueño que no sé porqué ya no tengo sueño, por qué todo otra vez vuelve a ser el alba escondida, todo huele a comida, (que mis sueños no huelen), toda la paja es amarilla, no verde, y todo vuelve a ser como antes…
Vuelve el sol a acorralarme en la esquina de cualquier parque, vuelve a seguirme por las calles, vuelve a arañarme, vuelve a quemarme… y vuelvo yo a buscarle…
Y soy yo el que le sigue en su trayecto vespertino, soy yo su cautivo aunque intente ser su amigo, soy yo el que le suplica un rayo, un ilumino, es él el que corre, soy yo su asesino, y es la noche misma la que calma este frío, cuando le pierdo de vista y se oscurece mi camino.

Es la luna nuestro encuentro en su reflejo clandestino,
es su candor incluido en la piel fría de mi luna,
es su círculo perfecto, mi castigo, mi desdicha;
es su mirada reflejada en las aguas de esta laguna,
es mi deseo de tenerte y la falta de tu deseo.

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Y es que nos sobra trato de cama, y nos falta trato de calle...