miércoles

Forma y gracia



Cómica dichosa pone en duda el tránsito a la prosa,
piensa recelosa llamar a su musa y encerrarla, 
arrancárle las alas
para que no escape, 

y sólo en el delirio de intentar atraparla, ella se rie de la situación a él le embarga
puesto que observando desde cerca, en vez de dar solicitud y rienda suelta a sus deseos, 
prefiere esperar como él se cansa, como decae su ego al ver que no sabe nada.

Pero al reírse tan contenciosa al desacato, a la ignoracia y al empate que lucha en su mente por ver quién es más hombre, ha olvidado guardar sus espaldas y el viento sigiloso a hecho caer las ansias sobre el tejado escombroso y cae la musa en el suelo encontrándose frente a frente; en una misma estocada los dos se hielan por dentro como cuando cae la nieve, y palidecen repentinos, y no saben qué decirse, cómo reccionar o qué delirio volverá a poner en calma dicha estación de servicio.

Entonces respira profundo, su ira ya no es tanta, se abraza a ella que ella llora por reírse a sus espaldas, y se funden de nuevo en uno, todo se transforma en agua, clarean los rios las lágrimas, y las alfombras mojadas tintan de nuevo los afluentes que riegan toda la casa...

Gritan al fondo los cerdos, las gallinas y las cabras, los pavos ungen sus colas para merecer a la muerte, el alimento y la gracia que antes eran escasos ahora sobran y desbordan las palanganas para denotar su abundancia, el ritmo remansa su curso, empieza a guardar la sangre porque sabe que no es infinito, y entre tantos gritos y abrazos, abundancia de la gracia sobre el fracaso, y tanto saber tan necio que busca meterse en boca para volverse alimento, sube la disonancia, el ruido se hace insoportable, cables pelados cortocircuitan sobre la sangre, y explotan de nuevo los logros de los complejos e insoportables modos.

Así se descalabran las sobras de la abuncia, asi se encadenan las masas, así pierden el sentido los hombres, así, y solo así, hoy no hay pan para los pobres.

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