jueves

El exilio incapaz

En un lugar descrito por mi mente, voy a esconderme del resto del mundo; en un agujero en el suelo, muy profundo, muy profundo...

En un espacio inventado, creado a partir de la nada, éter suave y suavemente me deslizo por mi espalda hasta chocar con el suelo; no tengo miedo ni rabia que me mantenga quieto, me mezclo con la sustancia que ha creado mi cuerpo y soy dúctil como el agua, fuerte como un escarpelo, y no con poca dificultad además de exhausto y adverso, dimito de la condición que otorga “Dios” a lo eterno.

La melancolía ya es un sentimiento desconocido, la tristeza en balde busca un perro perdido, u otro niño, y la esperanza crece con la longitud del camino. Ya no pienso en el desconcierto como el mérito desconocido y aunque parezca mentira sigo buscando en el olvido los retales silvestres de los trozos del delirio, compañía desproporcionada y auxilio.

1 comentario:

Unknown dijo...

estoy en clase haciendome una cuenta gmail. eljou@gmail

muy bonito el texto y menos triste que lo habitual, eso me gusta :) te quiero